Ojos que no ven corazón que no siente.

Hace ya tiempo que esta historia pasó y supongo que seguirá pasando, pues las personas que están implicadas suelen tener una venda que les tapa los ojos y no ven la situación en que se encuentran sumergidos. De igual modo, los que nos encontramos alrededor o próximos, miramos a otra parte o nos volvemos ciegos a pesar de tener los ojos abiertos, de ahí el título de esta entrada.
En un principio tenía pensado plasmarla por un caso en concreto, pero no, por desgracia hay muchas situaciones similares.

OJOS QUE NO VEN CORAZON QUE NO SIENTE

Una noche del finalizado verano en Segovia, en la casa de mis padres, por situaciones extremas de la vida que no vienen a cuento, me encontré en la cocina preparando la cena, era una noche calurosa, del final del verano, del exterior me llegaron voces y algarabía procedente del patio de la casa, los vecinos suelen encontrarse fuera los fines de semana, situación que aprovecha su hija para pasarlo con su novio. En un principio me sonó más a risas y gracias de dos jóvenes enamorados pasándolo bien y divirtiéndose, pero tras unos segundos de silencio las supuestas risas se tornaron en súplicas y voces de Socorro.

 Eran gritos desgarradores, de súplica de una honda angustia. Tras mis momentos de desconcierto, miré hacia la ventana, mi visión a través de las cortinas no me parecían reales, mis ojos no dieron crédito a lo que veía, una chica joven de 22 años suplicando a su compañero, novio, amigo, arrodillada, sentada a los pies de una figura con su mano derecha en alto y puño cerrado, con su mirada de rabia y odio, instintivamente corrí la fina cortina que hacía de la escena más cercana de lo que pudiera pensar, ese movimiento, fue lo justo para advertir al susodicho, que esa noche su vecino no era la anciana con alzhéimer que se le olvidan las cosas, esa noche los ojos que le escudriñaban eran otros. Su actitud al verme fue de silencio, de más rabia contenida por no poder cumplir sus fechorías y amenazas, salió corriendo, huyendo del lugar de los hechos, ella tras una mirada furtiva hacia mí, desdibujó una mueca de agradecimiento, pasando a meterse de nuevo en su mundo de ciegos.

Que tenía yo que hacer, llamar a la policía, aporrear la puerta y encararme, era tal la ira que tenía, que solo pude quedarme inmóvil delante de la ventana, nada más, poca cosa. Mi interior mordía por mi ineptitud por no haber hecho más, pero creo que el quedarme estático fue la mejor opción, mirándolo, hoy por hoy. A parte de ponerlo más tarde en conocimiento de sus padres, que no sabían esa faceta del susodicho novio, esta faceta se sumó a otras muchas, parece ser que no es santo de su devoción pero la niña que es más que adulta no lo ve.

“Dicen que el amor es ciego”.
 

Al día siguiente, cosas de la vida, bajando las escaleras, el destino me permitió cruzarme con ellos, ella jovial, contenta, en su mundo de ciegos y de color de rosa, él al percatarse de quien era, “los ojos de la noche anterior”, bajó la cabeza, arrimándose hacia ella, “SI” mi rabia interior surgió de mis entrañas, tenía ganas de que al pasar a mi lado su actitud fuera  con altanería, esperé un mínimo resquicio de provocación, un roce un........algo que me proporcionara una escusa. Lo único que percibí fue su mirada sumisa, rastrera, llena de cobardía, pasando con paso acelerado y dubitativo signo de culpabilidad y de solo ser valiente ante los que sabe que no le responderán, a los sumisos, los ahogados en sus miedos o dudas.

 

Esta situación de ceguera tanto de los afectados como del contorno que no queremos ver lo que nos ocurre alrededor, pasamos esquivando, con los hombros encogidos sin querer saber ni ver............ Será lo que nos espera en un futuro, pienso que no y por mi parte no daré ese rodeo, No.
“TENGO OJOS Y CORAZÓN”.

Dedicado a todas las personas que sufren este tipo de opresión, tanto mujeres como hombres.
Much@s, oprimen a sus allegados, estos por deficiencias tanto físicas como personales, interfiriendo en la vida de los demás, solo por creerse superiores y egocéntricos. Digamos NO, BASTA.

 

Paseando por Zaragoza me encontré, con una calle llena de “ARTE URBANO”  que es como lo identifico yo, es una forma diferente de ver la vida, mi mirada intenta sacar y exprimir más aun lo que plasman estos artistas. Dicha calle se la conoce por otro nombre que no es la suya si no por, Calle de Full Danger, se etiqueta el mismo como Ilustrador_diseñador_graffitero_profesor_cantantededucha_delavidaconsumidor.   Su nombre es, Isaac M Chikita.

Solo agradecerle su trabajo.

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